A partir de la exposición de un caso hipotético, aunque prototípico, de violencia sexista, el autor pasa a describir y analizar todo un grupo de creencias y automatismos que hay en las sociedades occidentales que son las que posibilitan los casos más sangrantes de violencia contra la mujer. Un trabajo de campo en el ámbito de los adolescentes castellonenses nos puede dar algunas claves sobre cómo evoluciona nuestra sociedad en este sentido y cuáles podrían ser las estrategias que habría que seguir para alejar definitivamente esta lacra social. Al mismo tiempo, el autor propone una serie de actividades relacionadas dirigidas al alumnado de secundaria.