Sin dejar de lado la intensa y plurisecular presencia de los modelos islámicos en al-Ándalus, resulta indudable el relieve de aspectos como la herencia romana del mundo hispanogodo, la articulación de los sistemas feudales, el despliegue de las actividades agrarias, el despertar del desarrollo urbano y de las actividades mercantiles, la consolidación de los modelos monárquicos en los diversos espacios políticos y, por supuesto, el peso y evolución de los valores culturales que confluyen en –y se difunden desde– el mundo hispano. El conjunto muestra una imagen global completamente imbricada en las estructuras y realidades características del Occidente europeo de su tiempo y, como tal, con interrogantes y propuestas de estudio similares en el terreno de los diversos procesos mentales y culturales, políticos, sociales o económicos.