La mediación familiar es, sin duda, una de las que más desarrollo normativo y aceptación ha tenido en nuestro país, siendo las distintas CCAA las que han venido gestionándola a lo largo de los últimos años y de manera muy eficiente. Dicho esto, la mediación familiar puede definirse como un método autocompositivo de gestión y resolución de conflictos familiares, voluntariamente elegido por las partes, flexible, y en el que interviene un mediador, neutral e imparcial, que tiende a propiciar la comunicación y acuerdo de las partes, en un entorno de confidencialidad y de igualdad. En síntesis, la mediación es un proceso de negociación cualificado, en el que interviene un profesional debidamente formado, denominado mediador, que intenta modificar la relación de las partes, con el fi n de que éstas alcancen un acuerdo consensuado. Con la mediación se presenta el conflicto en positivo a las partes, se fomenta la creatividad y se promueve un cambio en la interpretación de la situación, que genera alternativas para salir del mismo de manera constructiva. La estimulación progresiva de las partes y la creación de canales de comunicación son elementos principales para el éxito del proceso