“Me enamoré de un imbécil”, “Es un imbécil”, “Todos los hombres en los que me $ jo son unos imbéciles”, “Ya lo sabía, ¡qué más podría esperar de ese imbécil!” ¿Cuántas veces hemos escuchado estos reclamos?, o peor aún, ¿cuántas veces los hemos dicho? “Es un imbécil, no sabe apreciarte”, “Te mereces algo mejor que ese imbécil”, nos dicen nuestras amigas a modo de consuelo, pero ¿realmente queremos algo mejor, o somos nosotras mismas quienes nos saboteamos buscando a estos personajes que no dejan de decepcionarnos? La realidad es que imbéciles abundan, pero hay mujeres que les siguen la pista, que los huelen como sabuesos, y que se vuelven su motivo de vida. Aquí descubrirás casos de mujeres que se adhieren a sus hombres como post it –como lo de$ ne la autora– y que generan estilos de amor con los que ha dado en llamar “Imbéciles emocionales”. Si estás leyendo esto, seguro te identi$ carás con alguna de ellas.