¿Tienen los cadáveres rostro o es una cualidad exclusiva de los vivos? ¿Por qué hay culturas o momentos históricos en los que la efigie post mortem adquiere un valor que en otros contextos es desestimado? Veremos cómo la relación de las personas con la faz cadavérica varía de forma drástica a lo largo del tiempo: hay momentos en los que se subraya, otros en los que se oculta y tiempos en los que se maquilla, intentando conferirle una efímera vida cosmética. Este libro se propone reconstruir una historia del rostro ante la muerte, conscientes de que una historia de esta naturaleza es, inevitablemente, una historia de fantasmas, de sombras, de objetos que no encuentran un lugar ni un tiempo específico.