El patrimonio cultural ha adquirido en los últimos tiempos un papel de dinamizador socioeconómico y favorecedor del desarrollo local, a través de su explotación como una nueva forma de turismo: el turismo cultural. Según la filosofía actual, el marketing, orientado a conocer las necesidades de los clientes para crear productos capaces de satisfacerlas, es una herramienta necesaria para la gestión estratégica del patrimonio. No obstante, la aplicación de los conceptos y políticas de marketing a la gestión del patrimonio cultural debe tener en cuenta varios aspectos específicos: - La conservación necesaria de los recursos para garantizar su continuidad y sostenibilidad, por tratarse de un producto que posee valores históricos, de identidad, autenticidad, conocimiento científico, etc. - La existencia de varias organizaciones implicadas en su gestión. - La necesidad de satisfacer las exigencias de múltiples públicos objetivo (visitantes, residentes y agencias de turismo, entre otros). En esta obra se describen algunas de las actividades y políticas de marketing que tienen más relevancia en la gestión del patrimonio: el análisis del comportamiento y las expectativas del visitante, la segmentación del mercado y la selección del público objetivo, el desarrollo del producto patrimonial, la fijación de precios y otras fuentes de ingresos (el patrocinio, el mecenazgo y las subvenciones públicas), la captación de fondos, la distribución, la promoción y difusión, y la comunicación de la oferta.