Un alquimista, un soñador, un hombre del Renacimiento, el mago de Venecia...Mariano Fortuny y Madrazo (Granada, 1871 - Venecia, 1949) fue un caso excepcional en la Historia del Arte, del diseño y de la tecnología de finales del siglo XIX y del siglo XX. Su capacidad creativa y la impronta que dejó en campos tan diferentes como la pintura, la moda o la tecnología, invita a buscar sus antecedentes en los artistas del Renacimiento o en el Barroco de un Bernini, donde el espíritu humanista conciliaban la ciencia y el arte para el pleno desarrollo del individuo. Hombre de profundos y muy variados intereses, tan versado en la física y la química como en las artes, Fortuny tenía un arraigado sentido de la tradición y un profundo conocimiento del pasado, germen de muchas de sus ideas y motivos, que él fue capaz de combinar con las tecnologías más recientes a menudo de su propia invención para terminar haciendo algo innovador y profundamente moderno. Pintor, grabador, fotógrafo, escenógrafo, reformador de la iluminación teatral, diseñador de lámparas eléctricas y muebles, inventor... Entre 1901 y 1934 registró numerosas invenciones en París, desde un sistema para variar la intensidad de las lámparas hasta un medio de propulsión para embarcaciones, además de las patentes para el diseño de su vestido más famoso, el Delphos, una serie de nuevos procesos de impresión textil y un sistema revolucionario para la iluminación de espectáculos teatrales. Creó algunas de las telas y vestidos más notables del siglo XX, sin duda uno de sus logros más perdurables y actuales. Sus prendas de seda plisada o sus capas de terciopelo son considerados por los historiadores, coleccionistas y museos de todo el mundo como la manifestación y la encarnación de un arte en su máxima expresión: el vestido como obra de arte...; vestidos atemporales que las mujeres pueden seguir llevando de una manera moderna y natural sin que parezcan un disfraz. Admirado por escritores como DAnnunzio, Hofmannsthal o Proust, artistas como Eleonora Duse, Sarah Bernhardt o Isadora Duncan, y diseñadores como Balenciaga, Mary McFadden, Karl Lagerfeld, Krizia y Roberto Capucci o Issey Miyake, celebridades como Julie Christie, Lauren Hutton, Lauren Bacall o Marisa Berenson se fotografiaron a menudo con sus vestidos. Su obra está, entre otros, en el Victoria & Albert Museum de Londres, el Musée de la Mode et du Costume y la Union Française des Arts du Costume de París, la Galleria degli Uffizi de Florencia, el Costume Institute de Kyoto, el Museum of Fine Arts de Boston, Los Angeles County Museum, el Philadelphia Museumof Art, el Fine Arts Museum of San Francisco, la Smithsonian Institution deWashington, o en los neoyorquinos Brooklyn Museum, Cooper-Hewitt Museum, Fashion Institute of Technology, el Metropolitan Museum of Art y el Museum of the City of NewYork. Mariano Fortuny es ya parte indiscutible de la historia del arte, del diseño y de la indumentaria, un referente para estudiantes y diseñadores, un enigma para los estudiosos, que sigue inspirando una intensa atracción. Este libro debe ser considerado como un intento de hacer justicia a un hombre que no era sólo un creador de obras de arte, sino también de todo un universo original, complejo y paradójico, rebosante de fantasía y realidad, de ciencia y magia, de arte y vida. En una época que valora cada vez más la especialización, en que uno se ve forzado a saber más y más sobre una parcela cada vez menor, Fortuny, humanista y universal, sobresale como un ejemplo no sólo de lo que una persona puede hacer, sino de lo que puede llegar a ser. Guillermo de Osma Wakonigg inició su trayectoria profesional en la Calcografía Nacional tras licenciarse en Historia del Arte. Posteriormente se trasladó a Londres, donde trabajó como asesor de pintura española de los siglos XIX y XX en Sothebys. En 1978 comenzó su labor de investigación de la obra de Mariano Fortuny y Madrazo, publicando posteriormente el libro Mariano Fortuny. His life and work (Londres, Aurum Press, y Nueva York, Rizzoli, 1980) y comisariando la exposición Mariano Fortuny. 1871-1949 (Musée des Tissus et des Arts Decoratifs, Lion, 1980; y Brighton, Nueva York y Chicago, 1981-1982). En 1982, como director de la oficina Latinoamericana de Sothebys en Nueva York, fue responsable de la estrategia y desarrollo para América Latina. Inaugura la década de 1990 con la apertura en Madrid de la Galería Guillermo de Osma, un espacio especializado en la vanguardia histórica europea y latinoamericana. Durante estas casi dos décadas también ha sido comisario de relevantes exposiciones y publicado numerosos escritos sobre la moda, el coleccionismo, el arte español de los siglos XIX y XX y la figura de Mariano Fortuny, donde cabe destacar su reciente ensayo Mariano Fortuny, Proust y los Ballets Rusos (Barcelona, Elba, 2010).