María, impulso liberador y auxilio en el sufrimiento. Y la historia empieza así: 'A lo largo de los tiempos los discípulos de Jesús, al reunirse para rezar, han querido sentir cerca a la Madre del Señor, María de Nazaret, esperando el don del Espíritu. Inicialmente su figura fue cobrando relevancia alrededor de algunas celebraciones centrales del misterio de Jesús: la Anunciación, Navidad, la Presentación. En un segundo momento, la figura de María cobró una relevancia más autónoma y se introdujeron en el calendario celebraciones ya más centradas en María: la Dormición o Asunción, seguida de su Natividad, posteriormente la Inmaculada Concepción...'
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