La novedad de esta historia de mariología, aparte de la ingente documentación que contiene, consiste en la consideración de María como una "persona representativa", como un "fragmento" y a la vez una "síntesis de valores" en la cual se refleja la globalidad de la fe, de la Iglesia, de la sociedad, en una palabra, de las culturas que se han venido sucediendo en la cultura del cristianismo: mediterránea antigua, medieval, moderna y postmoderna.