Frente al modo de pensar de nuestra sociedad, que valora el hacer, producir, planificar..., María, en su virginidad fiel y fecunda, nos muestra el verdadero camino de la fe. San Juan Pablo II, hablando "directamente al corazón y la mente de todas las mujeres", les presenta a María como icono de feminicidad: En la feminicidad de la mujer creyente se da una especie de "profecía" inmanente, un simbolismo muy evocador, podría decirse un fecundo "carácter de icono", que se realiza plenamente en María y expresa muy bien el ser mismo de la Iglesia como comunidad consagrada totalmente con corazón "virgen", para ser "esposa" de Cristo y "madre" de los creyentes. Este libro responde al mismo deseo. El misterio de María, Virgen-Esposa-Madre, la convierte en icono de todo el misterio cristiano.