El interés teológico y, más ampliamente, eclesial que ha de reconocerse a este estudio exegético y a la reflexión doctrinal que suscita en el campo de la mariología se debe tanto a su contenido como al método utilizado por Ignacio de La Potterie, eminente biblista, internacionalmente reconocido por la calidad de sus numerosas publicaciones especializadas. En cuanto al método, es preciso subrayar dos aspectos. En primer lugar, la importancia que en esta obra se concede no sólo a las estructuras literarias de los pasajes estudiados, sino también a la literalidad de los textos en su redacción original. Con impresionante competencia y vigorosa originalidad, el autor remite frecuentemente a la filología y a la sintaxis griegas. En segundo lugar, la insistencia en que el Nuevo Testamento, tomado en su textualidad, no puede disociarse de su contexto. En este sentido, este libro aclara hasta qué punto una acertada inteligencia de las perícopas neotestamentarias depende, ante todo, de su adecuada restitución al contexto de esperanza y de historia, de pensamiento y de escritura que hallamos atestiguados en el Antiguo Testamento, y, también, de las claves de comprensión que nos proporcionan los análisis, interpretaciones y comentarios de los Padres de la Iglesia. En cuanto al contenido, el autor se sitúa en una óptica que supera un tratamiento exclusivamente "regional" de la doctrina mariana. En efecto, en la línea del Vaticano II, se nos ofrece una aproximación global a la vida y a la persona, a la función y al destino de María a su misterio, en una palabra en el contexto del misterio "esponsal" de Cristo y de la Iglesia. El título de la obra indica muy a las claras esta visión fundamental. El verdadero objeto de este nuevo volumen de la BAC consiste en examinar el lugar exacto que le corresponde a la Madre de Cristo en lo que constituye el centro de la Revelación: el misterio de la Alianza entre Dios y su pueblo.