A través de un acto tan cotidiano e interiorizado como es escribir, de manera inconsciente cada persona está ofreciendo mucha información sobre sí misma. Los rasgos esenciales de la personalidad, la actitud, la conducta, las emociones, las aptitudes… quedan reflejados en la manera única en la que cada uno de nosotros escribimos. Se conocerá mejor a sí mismo y otras personas con la ayuda de la grafología, un método científico con varios siglos de antigüedad.