Una buena política exige hoy en día una buena medicina, pero esta requiere a su vez una ética válida.. Esta frase, que abre el capítulo primero de este Manual de Bioética dedicado a los aspectos médico-sociales se hace cada va más evidente con el paso del tiempo. La sociedad, la organización sanitaria y la práctica de la medicina, estrechamente entrelazadas, están influenciadas siempre por decisiones éticas de fondo. Los temas de este segundo volumen —tales como la psiquiatría, la conducta y la orientación sexual, el uso y abuso de drogas (tabaco, alcoholismo...), la propagación del SIDA, el tratamiento del riesgo laboral (fábricas, tráfico, deporte, desastres...), los problemas relacionados con el envejecimiento o la discapacidad de las personas, cl condicionamiento económico a que se ven sometidas la organización sanitaria y la atención médica— ponen de relieve la conexión entre la saciedad, el ejercicio de la medicina y las responsabilidades personales, profesionales y políticas. La tarea de la bioética no es solo señalar los vínculos y las intersecciones entre la sociedad, la salud y la moral, sino también, y más importante. hacer emerger todo aquello que gira alrededor de la gestión de la sanidad, tanto en cl ámbito político-legislativo como en el ético-profesional. En el núcleo de esta empresa se sitúa, en línea con lo expuesto en la primera parte del volumen, el valor y la dignidad lela persona humana. La persona es el origen y el centro de la sociedad, el agente moral responsable, el valor fundamental de cualquier punto de referencia ético a su dignidad trascendente. Este es el eje central de esta magna obra que ha conseguido, hasta ahora, una gran difusión y numerosas traducciones en diversos idiomas