Este trabajo se plantea como un intento de interpretación global de la realidad constructiva de Manila en la segunda mitad del siglo XVIII. La ingeniería militar de este momento permite identificar relaciones entre la arquitectura defensiva y otra como la civil o la religiosa, realizadas bajo la dirección de estos profesionales cuya labor fue inestimable. Partiendo desde el análisis pormenorizado de los casos donde se estudia los proyectos locales de las diferentes empresas constructivas llevadas a cabo por diferentes ingenieros militares hasta 1775, se llega finalmente a una visión que pone a Filipinas en la confluencia de diferentes circuitos culturales con participación por igual de europeos, asiáticos, americanos lo que permitió establecer la conexión y la fusión entre las tradiciones orientales y occidentales.