Una herida es toda aquella lesión física debida a violencia, accidente, cirugía, etc., en la que se produce una laceración o ruptura de la piel y, habitualmente, daño de los tejidos subyacentes.Se clasifican habitualmente en:a) Agudas: aquellas que, desde su génesis, aún no han completado elciclo natural de cicatrización, que habitualmente tiene una duración deentre cuatro y ocho semanas.b) Crónicas: heridas en las que no se ha producido el proceso decicatrización, no recuperándose la integridad funcional y anatómica.Dentro del proceso de cicatrización de las heridas se contemplan tres fases:1. Inflamatoria: es una fase inmediata, de dos a cinco días de duración,en la que se produce vasoconstricción, agregación plaquetaria yformación del coágulo de tromboplastina. Posteriormente, losneutrófilos y macrófagos migran a la herida, actuando los primerosde forma primaria contra la infección, y los segundos, secretandomediadores inflamatorios como citoquinas y factores decrecimiento que limpian la herida y sientan la base de la siguienteetapa.2. Proliferativa: está marcada por un predominio de fibroblastos y decélulas endoteliales, dando lugar a la formación de la matrizextracelular y de los nuevos vasos sanguíneos. En esta fase seacercan los límites de la herida, disminuyendo el tamaño del defectotisular, siendo su duración desde dos días hasta tres semanas.3. Remodelación: en esta fase la piel sustituye al tejido de cicatrización.Las fibras de colágeno formadas incrementan la resistencia, aunqueel tejido resultante sólo tendrá el 80% de la original, oscilando suduración entre las 3 semanas y los 2 años1.Las heridas crónicas, son lesiones de la piel con una escasa o nula tendencia a la cicatrización. Su prevención y tratamiento, tanto en atención hospitalaria, primaria y sociosanitaria, son los cuidados más habituales dentro de la actividad de los profesionales de enfermería.La situación epidemiológica y socioeconómica actual que rodea a las heridas crónicas las ha convertido un problema de salud importante que interesa dar a conocer; ya que son una importante causa de morbilidad, provocando un elevado porcentaje de incapacidad y asociándose a un incremento en la mortalidad de los pacientes. Por todo ello, suponen un importante problema de Salud Pública y tienen gran impacto en el gasto sanitario.Como se ha mencionado, se consideran heridas crónicas aquellas en las que la cicatrización no progresa de la forma esperada, por detenerse habitualmente en la fase de inflamación o de proliferación, o por ser recurrente situándose el límite temporal entre las cuatro y las ocho semanas.Los factores que pueden impedir una adecuada cicatrización son diversos, siendo unos de carácter sistémico y otros meramente locales (infección, etc.)1. Con respecto a las complicaciones, las más frecuentes son el dolor, la infección y la amputación, asociándose todas ellas con la necesidad de asistencia médica y de aumento de la mortalidad.El manejo óptimo de este tipo de heridas comienza con una valoración temprana, lo que permite que el tratamiento adecuado se inicie ya enestadios iniciales. Esto se basa en la identificación de los pacientes de riesgo, en la educación de los mismos y en una vigilancia adecuada.?Una vez establecida la herida crónica, el tratamiento convencional incorpora los principios comunes aplicados al manejo general de las heridas: desbridamiento del tejido necrótico, mantenimiento de un lecho de herida óptimo y control de la infección. Estos elementos comunes se combinan con diferentes técnicas, teniendo en cuenta el tipo de herida y las características clínicas del paciente1.Este tratamiento estándar tiene algunos problemas, como la posible desecación de la herida, el desbridamiento no selectivo con el cambio de las gasas y la necesidad de cambios frecuentes de las mismas. Los cambios de apósito pueden llevarse a cabo una o varias veces al día o cada cierto número de días, sin que existan protocolos estandarizados que definan cual es la adecuada frecuencia del tratamiento a realizar.1En conclusión podemos decir que la introducción de la presión negativa tópica (PNT) mediante el uso del dispositivo VAC para potenciar la cicatrización de las heridas, es muy beneficiosa, y su uso puede considerarse un cambio en el tratamiento de numerosos tipos de heridas.