Tensiones, estrés, preocupaciones y quebraderos de cabeza... Cuando la tormenta perfecta del mundo moderno entra en nuestra vida, démonos un instante de calma, un espacio de bienestar personal a través de la experiencia artística. Al colorear, nos alejamos del problema para contemplarlo desde fuera, ganando serenidad y paciencia para afrontarlo y además, al aceptar nuestra esencia creativa, expandimos nuestra alma a nuevos horizontes.