A través del largo caminar histórico de la Roma antigua nos aparece una nutrida caterva de personajes encargados de la delicada tarea de aplicar las reglas jurídicas a los conflictos surgidos en la convivencia ciudadana. El mayor mérito de este libro es el de haber puesto la mirada sobre el cortejo en su totalidad, haciendo desfilar ante nuestros ojos a todos cuantos administraban la justicia en el mundo romano, desde los oscuros tiempos de l Monarquía y la República temprana hasta los del imperio justinianeo. Esta obra es de utilidad al lector para ayudarle a desenredar la intricada maraña de personajes que, durante un dilatado periodo histórico, cumplieron la misión de definir cuál era la regla jurídica aplicable a cada controversia, ius dicere y decidir si las conductas de los particulares se habían acomodado a ella, iudicare.