Las primeras palabras de Jesús, al inicio del evangelio de Juan, son una pregunta dirigida a los primeros discípulos: "¿Qué buscáis?" (Jn 1,38). Al final del evangelio, las primeras palabras del Resucitado a María Magdalena son también una pregunta similar: "¿A quién buscas?" (Jn 20,15). Lo más sorprendente es la semejanza de las respuestas. Los primeros discípulos responden: "¿Dónde vives?" (Jn 1,38); mientras que María Magdalena contesta: "Dime dónde lo has puesto" (Jn 20,15). Esta investigación intenta responder a la pregunta clave "¿Dónde vives?" (Jn 1,38) y al resto de cuestiones vinculadas a los 18 textos del cuarto evangelio en los que aparece este adverbio interrogativo de lugar. Se trata de demostrar que la pregunta por el "dónde" no se refiere solo a un lugar físico, sino que tiene un sentido simbólico y teológico más profundo: la identidad de Jesús, que se va revelando progresivamente a lo largo del evangelio.