Entre 1900 y 1960 Madrid vive, como casi todas las grandes ciudades europeas, un excepcional crecimiento demográfico, al pasar su población de contar con poco más de medio millón de habitantes a tener, setenta años más tarde, casi cuatro millones. Y tal crecimiento se refleja tanto en el debate sobre cómo afrontar el proyecto urbano -cuál debe ser la gestión del suelo- como en la reflexión sobre la política de vivienda. Ignorando voluntariamente el debate sobre los estilos arquitectónicos de la modernidad, en esta obra se analiza cuál fue la reflexión sobre la ocupación del extrarradio y cuáles los proyectos de planes comarcales o regionales en el periodo citado. Paralelamente, se afronta cómo las experiencias centroeuropeas sobre territorio, ciudad y vivienda determinaron la construcción de una nueva realidad en Madrid durante la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República y, tras la Guerra Civil, durante la etapa de la autarquía y el primer desarrollismo.