Su obra como profesional de la prensa es bastante amplia y variada. En este sentido, su reconocida labor supone un significativo ejemplo de total y auténtico periodismo; constituyéndose en referencia obligada en la historia isleña de las publicaciones periódicas en particular y de los medios de comunicación en general. Este volumen recopila una parte sustancial de su primera época en la prensa (1925-1936); primero como poeta en ciernes y luego como completo profesional del periodismo insular. Las páginas de los principales diarios de la capital tinerfeña, La Prensa y La Tarde, al recoger sus numerosas y variadas aportaciones, se impregnarán también de un estilo que tenía mucho de compromiso con el lector, al que Álvarez Cruz no dudaba mostrar las realidades de la época; de un tiempo en el que, ayer como hoy, los periódicos y los periodistas eran claves en la concienciación ciudadana.