«Los trastornos de la personalidad evidencian los efectos de dinámicas familiares disfuncionales, especialmente en el estilo y dinámica de la crianza, que se suscita en innumerables hoga­res. En otros casos la genética parece dar su cuota para perpe­tuar el flagelo. Quizá también pueda pensarse en las diferen­cias individuales, en cómo cada individuo enfrenta-afronta la frustración, la ansiedad, la angustia, los acontecimientos vitales y no normativos que desafían su vida psicológica y emocional en momentos dados de la existencia. De todas formas, el tema no es una frontera “pura” y “diáfana” en cuanto a la cuestión de si alguien padece de uno de estos trastornos o no; la misma tipología es tan solo una guía, o “constructos” que orientan al terapeuta para organizar la ayuda para el individuo sufriente».