Gianfranco Ravasi selecciona en esta obra una abundante representación de personajes bíblicos y crea con ellos una rica galería de retratos. Santos, patriarcas, profetas, sabios, apóstoles, políticos, ancianos, héroes... se presentan a lo largo de la obra siguiendo la progresión de los domingos, fiestas y solemnidades del año cristiano, según el ciclo trienal de las lecturas bíblicas propuestas por la liturgia. De esta manera se ofrece en cada domingo o fiesta un personaje de las Sagradas Escrituras que revela el tema de ese día, encarna su mensaje, representa su alma y traza su admonición moral. Una forma inédita y hasta insólita de unir Biblia y liturgia. El autor procura animar el texto proyectando en él las aportaciones de una formación técnica de primer orden: el sólido encuadre topográfico e histórico, la precisión etimológica, el recurso a los apócrifos y a la literatura hebrea y la mención ocasional a la exégesis moderna, todo ello con un lenguaje sencillo y cordial.