Al tratar de los pecados de los dos más grandes físicos de la historia Newton y Einstein no se pretende en modo alguno desacreditarles sino, más bien, humanizarles. En realidad, desacreditar a estos dos genios sería misión imposible, tan admirados y queridos son. La forma de ser de un científico influye mucho en la ciencia que hace y aquí se pretende mostrar que también las debilidades determinan los grandes logros científicos. Para ello tenemos que ahondar en su vida, indagar en sus más íntimas relaciones, amores, familia, amigos y enemigos, en sus manías y en sus excentricidades, en sus creencias religiosas, etc. Es una forma de adentrarse en su biografía buscando al hombre, recurriendo también al anecdotario que, puntual pero certeramente, tanto nos informa de la personalidad. Aunque Newton y Einstein tenían caractéres muy diferentes, ambos menospreciaban la comodidad y las convenciones sociales, ambos sacrificaron gran parte de su mundo afectivo en favor del ensimismamiento creativo y ambos tuvieron una intensa conciencia social al margen de su propia ciencia.