Los pasajes comerciales del siglo XIX fueron una creación de la vida urbana en toda Europa. Desde París, donde surgieron, exportaron al mundo entero una arquitectura original basada en la utilización del hierro y el cristal y unas pautas comerciales inéditas hasta entonces. En Madrid nacieron con la aparición del estado liberal, durante el reinado de Isabel II Entre 1839 y 1900 fueron centros de intercambio basados en el principio de comprar y consumir objetos diversos e innecesarios. Pero con las primeras décadas del siglo XX empezaron su decadencia, hasta llegar a la situación actual, donde sólo queda uno, el pasaje Murga o del Comercio, en la calle Arenal.