Se estudian en esta obra las cambiantes definiciones a las que, a lo largo de sus casi dos siglos de existencia, se han ajustado, con mayor o menor conformidad, los museos especializados en el arte más reciente, para cuya denominación se han empleado muchas alternativas: museo de arte moderno, museo de arte contemporáneo, pero también de artistas vivos, de arte actual…, expresiones cuyo sentido ha ido variando en función de los paradigmas museísticos de cada época: el parisino Musée des Artistes Vivants fue el modelo y contramodelo más influyente en el siglo XIX y principios del XX, un papel en el que sería sucedido por el MoMA de Nueva York. En España y en casi todo el mundo estamos viviendo una eclosión de museos de arte moderno o contemporáneo, unas nuevas tipologías que generan un creciente interés por parte de los museólogos, de la misma manera que hace unas décadas los ecomuseos fueron el caballo de batalla favorito de los adalides de la nouvelle muséologie, que renovaron desde posicionamientos progresistas y sociales esta joven disciplina científica. Quienes hoy se identifican con la llamada critical museology comparten esas mismas inquietudes sociales, pero son más descreídos en cuanto a la idea de progreso, inclusive en el campo artístico, tanto si su encarnación museística es el MoMA como otro contramodelo posterior. Más que una triunfal historia lineal de los museos de vanguardia, el hilo discursivo de este libro se estructura en ocho capítulos que marcan los puntos de inflexión histórica, de ruptura, sin renunciar a describir proyectos museísticos que no llegaron a término o que alcanzaron escasa pervivencia. Por último, a falta de perspectiva histórica para integrar mejor en la trama general del ensayo los nuevos museos y los nuevos interrogantes surgidos en el último cuarto de siglo, se les dedica un epílogo donde se ha seleccionado un amplio muestrario desde el punto de vista del papel de los museos en los procesos de revitalización urbana.