El Milagro central establecido por el Cristianismo es la Encarnación por la que Dios se hace hombre. Cualquier otro milagro prepara el camino a la Encarnación o es su consecuencia. Ésta es la afirmación central del libro del profesor Lewis. Él nos muestra que el cristiano no sólo debe aceptar los milagros, sino regocijarse en ellos como el testimonio del compromiso del Dios personal y único con su creación. El profesor Lewis emplea su lucidez característica y su aguda penetración para desarrollar su argumentación. Al mismo tiempo desafía a los racionalistas, agnósticos y deístas en su mismo campo y establece los fundamentos para demostrar la irracionalidad de sus presupuestos. La crítica se desbordó en alabanzas hacia este libro.