Las investigaciones que se vienen desarrollando año tras año nos muestran de una forma cada vez más evidente una intensísima ocupación fenicia de amplias zonas de la península Ibérica, demostrándonos que no estamos ante simples comerciantes asentados en pequeños enclaves costeros, sino que su presencia e influencia se extendió mucho más de lo que los estudiosos admitían no hace muchas décadas. En el Bajo Guadalquivir, los siglos de contacto e hibridación, tanto cultural como humana, darían lugar a lo que los griegos llamaron Tartessos, una cultura que hoy no se puede entender sin la temprana presencia fenicia en la zona. Y no solo eso, las relaciones de los cananeos (como ellos se llamaban a sí mismos) con las comunidades ribereñas del Mediterráneo desde Andalucía hasta Cataluña impulsaron y aceleraron también una serie de transformaciones sociales y económicas que estarían en el origen de lo que llegaría a ser la cultura ibérica. El libro que aquí les presentamos recoge esos nuevos estudios y trata de ofrecer las claves para comprender por qué tras la llegada de 'Los hombres de rojo' a la península Ibérica, ya nada volvió a ser igual para sus habitantes.