Como diversos estudios europeos sobre la historia del paciente en la Edad Moderna han señalado, el enfermo no fue una figura pasiva, sino un agente que se implicaba activamente en el proceso de obtención de asistencia sanitaria. Este libro, que es el primer acercamiento sistemático al mundo de los pacientes en la España moderna, trata de examinar cómo los enfermos actuaban y hacían uso del pluralismo médico que ofrecían las culturas sanitarias barrocas. Para aproximarse a las perspectivas y percepciones de pacientes de diferentes contextos sociales y culturales, y que vivían tanto en ciudades como en zonas rurales, ha sido necesario recurrir a una combinación de varios tipos de fuentes: cartas al médico de corte Juan Muñoz y Peralta, testificales de enfermos en procesos judiciales inquisitoriales y de causa criminal ?contra diferentes tipos de sanadores y profesionales de la medicina? y, por último, la novela picaresca. Para estructurar las experiencias de los itinerarios terapéuticos, es decir, los diversos caminos que se recorrían en la búsqueda de salud, se ha utilizado la categoría de espacios de curación. De este modo, el libro invita al lector a seguir al paciente a través del espacio doméstico y del de la comunidad de vecinos, la movilidad hacia lugares distantes y el espacio virtual de la correspondencia. Se trata de categorías propias de los actores del pasado y que son lo suficientemente amplias para plasmar, por un lado, la coexistencia de varias opciones terapéuticas y, por otro, el uso ecléctico que, a menudo, los enfermos hacían de ellas.