En 1675, Antony van Leeuwenhoek, un comerciante de Delft sin instrucción alguna, puso una gota de lluvia bajo su microscopio y detectó miles de diminutos seres vivos agitándose en ella. Luego procedió a examinar la actividad microscópica de su saliva y sus heces, y así, sin proponérselo, inventó la disciplina de la bacteriología. Unos doscientos años después, Wilhelm Conrad Roentgen, un profesor de física teórica de la Universidad de Wurzburgo, llevó a su esposa a su laboratorio, le pidió que pusiera la mano sobre una placa fotográfica, accionó una corriente eléctrica y mostró a aquella aterrorizada mujer una imagen de los huesos de su mano. Y así se descubrieron los rayos X. Este libro apasionante es el primero que se dedica a describir estos y otros ocho descubrimientos médicos que cambiaron el mundo. De este modo, no sólo resucita ante nuestros ojos a los científicos que trabajaron arduamente para conseguir lo que querían, sino que también recrea la emoción, las frustraciones y las envidias que los rodearon en sus respectivas épocas. Los autores, profesionales de la medicina con muchos años de experiencia a sus espaldas, han recurrido a libreros y anticuarios de fama mundial, a coleccionistas de antiguas publicaciones médicas y a profesores de medicina, para estudiar miles de casos relacionados con su objeto de investigación y, a partir de ahí, proporcionar al lector toda la información disponible sobre el tema.