Si hubiese que resaltar una característica definitoria del tratado compuesto por Andrea Palladio (1508-1580), universalmente conocido por sus grandes arquitecturas religiosas y, sobre todo, civiles que todavía hoy embellecen las ciudades del Véneto, ésta sería sin duda su pragmatismo clasicista. En contraposición al neoplatonismo de quattrocento, su afán aristotélico por ceñirse a la realidad le llevó a primar el ideal clásico como supremo reflejo de un modo civil de vida. En palabras de Javier Rivera en su prólogo a esta primera edición, íntegra e ilustrada, en castellano: Tras más de cuatro siglos desde su aparición (1570): racionalidad y libertad son los dos ejes de su pensamiento, y su mensaje arquitectónico por medio de los Cuatro Libros una proclama de clasicismo, no como estilo, sino como categoría, que emerge continuamente a través de las épocas.