Centrado en un aspecto poco considerado, aunque trascendental, de la preservación digital, el libro trata de responder a una pregunta básica
y esto ¿cuánto cuesta? Es indiscutible que el mundo se hace digital, como también la información y los medios que la soportan. Nuevos medios, nuevos retos y entre ellos el de su conservación. Mientras que el papel, físico, corpóreo, nos tenía acostumbrados a las certezas, el digital, virtual, alojado en la nube, nos inclina a la confianza. Tendemos a dar por hecho que lo que no se ve, ni pesa, ni se aprehende y es ubicuo, cuesta poco o nada, y siempre está en alguna parte. En medio de esta complacencia tecnológica, el libro surgió de la inquietud que produce comprobar que, además de ser un lugar común, carecemos de una metodología adecuada para calcular cuánto cuesta preservar lo digital y si es comparable con lo de la información analógica. Es curioso que pudiéndose precisar el coste de cualquier actividad e, incluso, planificarlo, el de nuestra elección carece de una certeza equivalente. Un entorno como el de la tecnologías basado en normas, reglas, cálculos exactos
está en un nivel destacable de incertidumbre sobre los costes de su preservación. Y este trabajo pretende centrar el tema, analizar y sistematizar los factores de costes que intervienen, así como los principales modelos desarrollados. Se trata del primer ensayo en nuestra lengua que aborda la materia desde una perspectiva globalizadora y, aún quedando mucho camino por recorrer, se ofrecen al interesado un conjunto de reflexiones, información precisa y fuentes de conocimiento suficientes para desenvolverse en esta tierra ignota.