Texto e ilustraciones de Antonio L. Martín Gómez. El reinado de Isabel II tuvo una marcada impronta castrense. Desde la intervención de los militares en la gobernación del país, a la actividad bélica propiamente dicha. En este periodo tuvieron lugar, entre otras, dos guerras carlistas; varias expediciones militares: a Santo Domingo, a Italia, a la Conchinchina, a Méjico, y una guerra en el norte de África. Esta última es la que se recoge en el trabajo que el lector tiene entre sus manos. Aquí sería donde la estrella del general Prim alcanzaría su máximo brillo, lo que le llevaría a erigirse en poco tiempo en el verdadero muñidor del poder isabelino. Ha sido esta una guerra muy poco estudiada, no en vano se le dio el apelativo de 'guerra chica' o 'guerra pequeña', a pesar de proyectar una importante sombra sobre el devenir político español sus vertientes nacional e internacional.