La novela, publicada en Estados Unidos en plena guerra fría cultural (1957), era la más ambiciosa de las escritas hasta entonces por Sender. Memoria del pasado como lección para el porvenir, la obra recuerda, con una ironía que deriva en la sátira antifranquista y antiestalinista, las experiencias clave en la vida del autor. La novela se sitúa en una zona literaria ambigua —autobiografía/ficción, historia/mito— para revelar una gran verdad humana: el ideal del amor y la justicia frente a la vileza de la traición y la culpabilidad.