La lectura de los cantos del Siervo nos permite meditar en profundidad sobre la vida de Jesús, hasta el punto de que resulta posible recorrer a través de ellos la narración evangélica en su conjunto. Lo que el profeta escribió a mediados del siglo VI a.C. se realizó plenamente en la existencia de Jesucristo, Mesías crucificado, «vencedor porque fue víctima». Es muy probable que Jesús entendiera su vocación más profunda a la luz de estos cantos, asumiéndolos como profecía de su vida, hasta interpretar por medio de ellos su propio fin. Y también las primeras comunidades cristianas descubrieron en los cantos del Siervo del Señor la clave para comprender la existencia de Jesús, y para superar el escándalo de su pasión y muerte en cruz.
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