En este libro, la autora intenta concienciar a los lectores de las consecuencias tan graves que para el presente y el futuro escolar, profesional y vital del niño con dificultades de aprendizaje escolar que conlleva la práctica - tan extendida entre los clínicos - de asignarle una etiqueta y, con ello, encerrarlo en un cajón desastre, simplemente a partir de datos observacionales o de puntuaciones psicométricas obtenidas en los test, en lugar de ofrecerle un diagnóstico diferencial de la naturaleza de sus déficits (que ninguna de esas dos prácticas permite hacer). Una etiqueta -aún en los pocos casos en los que es correcta- está muy lejos de ser un diagnóstico. Y sólo un buen diagnóstico diferencial que determine la naturaleza exacta de los déficits de cada paciente concreto permite planificar y llevar a cabo un tratamiento eficaz, en vez de una secuencia de palos de ciego. Esta situación llama especialmente la atención si tenemos en cuenta que, desde finales de los años 60 del siglo pasado, los conocimientos acumulados progresivamente por la Neuropsicología Cognitiva se vienen aplicando con éxito al diagnóstico diferencial de las dificultades de aprendizaje escolar y, en consecuencia, al planteamiento, también diferencial, del tratamiento de las dificultades en función de su naturaleza particular en cada caso concreto. En este libro se presenta el acercamiento, desde la Neuropsicología Cognitiva, a los cajones desastre más populares, incluidos los utilizados con los adultos. Los cajones desastre contemplados en el libro son: la disfunción cerebral mínima, la memoria del trabajo, el trastorno específico del lenguaje, la dislexia, el trastorno por déficit de atención, el retraso mental, la enfermedad de Alzheimer y el deterioro cognitivo leve.