Lolo es un conejo diferente al resto pues tiene una oreja caída. Los demás siempre se ríen de él y Lolo intenta, sin éxito, que su oreja esté recta. Un día Lolo decide ir al médico y este le dice que todas las personas tienen orejas diferentes y que las suyas son tan buenas como las de los demás. Entonces Lolo se siente mucho mejor y propone un juego a sus amigos.