Hay algo adictivo en Japón, en los centros urbanos y su animada vida callejera, sus avenidas iluminadas, sus bares y restaurantes abiertos las 24 horas y sus maravillas arquitectónicas. Dejando atrás las urbes, el país está formado en más de dos terceras partes por montañas, con fuentes termales a cada paso. En los meses cálidos hay excelentes rutas de senderismo entre cedros y flores silvestres, altas cumbres y santuarios antiguos fundados por ascetas. En invierno todo está cubierto de nieve y el esquí es de primera; se puede combinar el esquí o el senderismo con sumergirse en un onsen (aguas termales de origen volcánico).
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