La literatura épica, La Iliada y La Odisea, nos dejaron la herencia de un mundo ordenado en una cosmogonía coherente, en la que el héroe acometía sus batallas teniendo ante sí sólo el modelo de los dioses. La batalla de don Quijote por restaurar ese orden en un mundo complejo en el que han desaparecido los modelos será el tema de la inmortal obra cervantina, punto de arranque y referencia constante de lo que la ensayista denomina aquí literatura ?quijotesca?, caracterizada por la incansable búsqueda que el héroe lleva a cabo a fin de encontrar una norma vital dentro de un desorden social y psíquico del mundo moderno. Lo que Cervantes inicia en el Quijote prosigue en la obra de autores como Joyce y Kafka.