Érase una vez un gentil, es decir, un hombre que no practicaba ninguna religión. Era muy sabio, pero no tenía ningún conocimiento de Dios ni creía que hubiese nada después de la muerte. Buscando remedio a su tristeza, llegó a un bosque lleno de fuentes y de bellos árboles frutales. Mientras tanto, tres sabios se encontraron a la salida de una ciudad. Uno era judío, el otro cristiano y el tercero musulmán. Al verse, se saludaron, se acogieron y se acompañaron. Cada uno hablaba a los otros dos de su creencia y sus pensamientos, y hablando, hablando, llegaron al bosque por donde andaba el gentil
Con el Libro del gentil y de los tres sabios, Ramon Llull (1232-1316) nos ofrece una sorprendente parábola interreligiosa con un desenlace desconcertante.