Nuestras calles son masculinas, los coches, los aviones, los días, los diarios, el café, nuestra prisa, nuestras citas, nuestra utilidad e inutilidad: el modo en que vemos el mundo tiene una carga masculina. Nuestros bebés nacidos bajo tubos fluorescentes, los sistemas de exámenes y las trayectorias profesionales, nuestra especialización, nuestra regulación, la comida antiséptica y el agua desinfectada, nuestro rechazo de la desesperación, nuestro arrogante desapego. Todo ello en su conjunto es síntoma de un desequilibrio fundamental de preponderancia masculina en nuestro corazón, en nuestros hogares y en nuestra cultura. En realidad, esta locura familiar no está impulsada por «lo masculino», sino por una masculinidad inmadura e insegura, acompañada por una feminidad inmadura que es sumisa y/o connivente. Libertad íntima explica cómo curar Lo Masculino y Lo Femenino en nuestro interior, en nuestras relaciones y en el ámbito público. Este libro, fruto de varias décadas de trabajo pionero en Europa y los Estados Unidos, enseña a despertar el amor conmovedor de Lo Femenino Maduro, y la presencia digna de Lo Masculino Maduro, con el propósito de definir gradualmente un mundo postpatriarcal, postfeminista, post-arrogante y post-autodestructivo.