Este libro es el primero de una trilogía sobre las vicisitudes de un sector importante de los liberales navarros en la guerra de los Siete Años. Da cuenta de los factores que, según testimonios muy diversos, contribuyeron a la consolidación del levantamiento carlista en el viejo reino: la marginación de los partidarios de la reina y la apatía y pasividad del gobierno al inicio de la contienda. En estas páginas se describe con detalle la actividad bélica de los cuerpos francos de Navarra (fundamentalmente de los Tiradores y Flanqueadores de Isabel II) y sus servicios a la causa liberal y se recoge el estudio prosopográfico de un número significativo de sus componentes, lo que autoriza a matizar la habitual valoración negativa (peseteros) vertida sobre ellos. El autor traza el perfil de los protagonistas de la insurrección de Pamplona de agosto de 1837 para avanzar en la correcta interpretación de sus motivos, desarrollo y objetivos del motín. La abundante información recabada acerca de esos sucesos, fundamentalmente sobre las causas seguidas contra sus protagonistas, en gran parte desconocida, pone en cuestión que la mayoría de los implicados, incluidos sus jefes (León Iriarte y Pablo Barricarte), persiguieran la independencia de Navarra, ya que antes y después del motín lucharon por la causa nacional. De esta manera, el trabajo abre nuevas perspectivas para el estudio de la primera guerra carlista en Navarra.