Un libro sui generis, evocativo y provocativo, a la vez profundo y elemental, que revoluciona nuestra noción de la originalidad y de nuestra propia realidad. El silencio de la naturaleza y las voces del alma sirven de fuente de inspiración a Li Fu, un poeta chino cuyo legado perdura más allá de la desmemoria de los anales. Nacido en las postrimerías de la dinastía Tang y educado para aprobar el Shi Ching y convertirse en funcionario imperial, el talentoso Li renuncia a su ambición gubernativa y se convierte en un poeta campesino, ermitaño, aunque rodeado de discípulos. La visita de un viejo amigo le traerá de vuelta las fragancias indestructibles de la infancia y, con ellas, la añoranza de tantos instantes que el poema nunca acaba de atrapar. Ya cerca de la muerte, Li Fu tomará una decisión: seguirá el destino de la poesía pura y entregará su cadáver a las llamas. El fuego se encenderá con los papeles de seda de sus delicados epigramas. Con inspirado pulso poético y un profundo conocimiento de la poesía y la sensibilidad chinas, Pietro Grieco nos adentra en este mundo de espejos e incesantes cadencias que, siempre por instantes, nos revelan la belleza en su elusivo pasar. La presentación de la poesía china que antecede la propia obra sitúa y enriquece esta aventura poética que interroga el intelecto y deleita los sentidos y la imaginación.