«He recorrido las tierras de León, verdadera tierra de leyendas, de forma continua desde los primeros años de la década de los setenta. La cercanía con la gente, sin duda el valor más intenso, por su sencillez y categoría humana, me ha permitido ir tomando notas, consultar referencias, suscitar permanentemente preguntas y deslumbramientos encerrados en la voz de una memoria común que se va diluyendo sin posibilidad de retorno. Entre tanta riqueza como el pueblo atesora, las leyendas sirven, o sirvieron, para valorar o para explicar. Nada se atiene a la lógica, pero sirve todo al misterio, a la admiración y el asombro. Nada se asienta en el discurso, aunque se estime el más preciso. Sobre todo, como ocurre en buena parte de las aquí reunidas, cuando lo religioso entra a formar parte de las últimas y definitivas razones, intocables porque además se cimientan en lo que dicen los ?antiguos papeles?. Hay una valoración profunda de la religiosidad y del respeto a la tradición. Lo religioso como eje central, por razones evidentes y de fácil explicación. Pero son igualmente sintomáticas las presencias del Camino de Santiago, las guerras de la Independencia y de Cuba, la milagrería, el agua, el santoral?, ?un imaginario legendario o mítico que sigue vivo en nuestra sociedad?, según afirma J. L. Puerto, lo que viene a confirmar los valores existenciales de la comunidad, a veces y en cualquier caso con leves variantes.» Alfonso García