Esta obra trata sobre los aspectos psicológicos de la medicina, manteniendo una clara distinción entre éstos y la psiquiatría. Aporta perspectivas equilibradas sobre el funcionamiento cerebral en la salud y en la enfermedad, en las que las contribuciones psicológicas y psiquiátricas se encuentran en su justa medida, sin que ninguna de ellas predomine sobre la otra. La presentación de cuestiones complejas es admirablemente clara, con una muy acertada utilización de ejemplos y citas, y fácil de leer. A pesar de que las ciencias del comportamiento y sociales, así como la psiquiatría, han acumulado amplios conocimientos sobre los factores psicológicos determinantes para la salud y la enfermedad, la población que busca atención médica está cada vez más insatisfecha con los servicios prestados; el agotamiento del personal sanitario se ha convertido en una seria amenaza para la calidad y la provisión de atención médica, incrementándose además el coste sanitario. Cada vez se da menos la colaboración interdisciplinar y el distanciamiento entre la medicina y las ciencias sociales, aumenta cada vez más. Si la práctica médica no asume o reasume sus principios holísticos y contempla la salud y la enfermedad de los seres humanos en todas sus facetas, continuará deteriorándose y seguirá perdiendo su utilidad social. La clave de un acercamiento diferente a la medicina radica en la formación de los estudiantes de medicina. Tienen que comprender los componentes psicológicos de la salud y la función determinante que el funcionamiento mental tiene en la aparición de la enfermedad, sobre su evolución y resultado. Tienen que tomar conciencia de los factores personales que influyen en la rehabilitación y la forma en la que la cultura interviene en la aparición de una enfermedad. Los conocimientos que contiene este libro permitirán a los estudiantes ser mejores médicos, conservando el aspecto humano en el trabajo.