Muchos africanos están cansados de que se observe y muestre su continente como un foco de hambruna, malaria, sida, miseria, emigración y guerras atroces. Y sin embargo, ese continente no es un territorio a la deriva. Latidos de África es un testimonio de ello. Se trata de un relato de viajes en el que aparecen sabanas sin límite, animales singulares, pueblos asombrosos, ritos y mitos; tierras inabarcables habitadas por gentes vitales y conmovedoras, buenas y malas, aunque todas ellas capaces de provocar escenas surrealistas y hasta divertidas. África es un lejano planeta negro y verde, árido y húmedo, sonoro y musical, tan extraño, que a veces parece no pertenecer a nuestro sistema solar, pero donde siempre se halla la aventura, se producen los crepúsculos con los mejores y más bellos cielos del mundo, y se nota y siente el milagro diario de la vida. Este es un libro de pálpitos, la crónica del ritmo cardiaco de una tierra con los mismos movimientos de la sangre acompasada. Dicen que el contorno de África se parece a una oreja de elefante pero de lo que realmente tiene forma es de corazón.