Las nuevas orientaciones literarias que capitanean Marinetti y Tristan Tzara, iniciadores del futurismo y del dadaísmo, las últimas concepciones del arte moderno han sido acogidas entre nosotros por un grupo de jóvenes entusiastas, cuyos espíritus se hayan abiertos a todas las innovaciones estéticas, constituyendo una sociedad calificada con el significativo título de "Ultra". A fin de hacer un brillante alarde de sus orientaciones y de su significación, organizaron anoche una fiesta artística en Parisiana, que había despertado gran expectación y curiosidad. El salón en que se celebró la velada, estaba exquisitamente adornado con cuadros futuristas, predominando como nota decorativa, el triángulo sobre fondo anaranjado. Comenzó el acto con unas palabras preliminares del señor Rivas, en las que definió las orientaciones ultraístas de que él y sus amigos son campeones, diciendo que el movimiento que ellos representan, es paralelo a las innovaciones que han arraigado en Francia, Italia y Alemania. A continuación varios poetas ultraístas dieron lectura a diversas composiciones que ofrecían como expresiva muestra de sus tendencias, siendo la más aplaudida y celebrada de todas, la que leyó el señor López-Parra, a quien precisamente, los ultraístas consideran como menos adaptado a sus orientaciones. La lectura de una composición del señor Pernil, dio motivo a un formidable escándalo, pues mientras el público no ultraísta, lo reputaba como la muestra más exacta de la nueva escuela, los afiliados a ésta, la repudiaron indignados.