Los hallazgos en los trabajos de hipnosis de Dolores Cannon En 1945, cuando se lanzaron las bombas atómicas en la Segunda Guerra Mundial, nuestros protectores y observadores del espacio exterior vieron que la Tierra se encaminaba hacia el desastre. La directiva principal de no interferir les impidió tomar cartas en el asunto, pero posteriormente diseñaron un plan brillante para salvar el planeta y ayudarlo en su proceso de ascensión. Sabían que no tenían permitido entrometerse en los asuntos terrestres desde el exterior, pero sospechaban que tal vez podrían influir desde el interior. Así que realizaron un llamamiento: La Tierra tiene problemas, ¿algún voluntario se ofrece a ayudarla?. Las almas nativas que ya vivían en la Tierra estaban demasiado atrapadas en la rueda del karma. La única esperanza, entonces, residía en recurrir a almas puras que nunca hubieran estado encadenadas al ciclo kármico. En su trabajo como hipnotista, Dolores Cannon ha descubierto la existencia de tres oleadas de almas voluntarias. Algunas de ellas provienen directamente de la Fuente y no han vivido en ningún tipo de cuerpo físico con anterioridad. Otras han vivido como seres del espacio en otros planetas u otras dimensiones. Sin embargo, debido a que al entrar a la dimensión de la Tierra todos los recuerdos se borran, estas bellas almas han olvidado cuál es su tarea y, por ese motivo, les cuesta adaptarse a nuestro caótico mundo. No obstante, el papel que desempeñan es vital, puesto que nos ayudan a ascender a la nueva Tierra. ¿Eres tú una de ellas?