Una mirada a nuestro sistema procesal civil nos muestra un edificio en constante reforma, interpretaciones correctoras e intentos de encontrar fuera del proceso la solución de los conflictos. Asistimos a múltiples cambios en la ley, en el modo de proceder los tribunales y en la jurisprudencia que nos hacen preguntarnos si nos encaminamos hacia un modelo transformado o a una actualización del existente y con qué acierto. Se potencian las modalidades de tutela sin proceso y los acuerdos para evitarlo, la técnica monitoria se decanta hacia un procedimiento sin juez, la oralidad pierde terreno en la configuración del proceso, los pleitos masa y las acciones colectivas buscan su acomodo, los límites y filtros en los recursos se vuelven más tupidos, la ejecución busca un nuevo equilibrio, las reglas ceden ante los principios y la doctrina jurisprudencial evidencia sus resquicios en detrimento de la seguridad jurídica y la igualdad. Importa indagar hacia dónde nos conduce esta mudanza.