Esta obra pretende acercar al lector a la realidad de los países árabes tras el proceso que se inició en 2011 y que hoy, a pesar de numerosos contratiempos, sigue vigente. Se analizan de forma detallada las causas y el devenir de aquellos levantamientos, con especial atención a las transiciones políticas. Asimismo, se intenta demostrar que no surgieron de forma espontánea, ya que las sociedades árabes habían generado a lo largo de la segunda mitad del siglo XX movimientos de protesta contra sus gobernantes, ya fueran europeos, en la etapa colonial, o nacionales, una vez conseguida la independencia. La persistente naturaleza despótica y represiva del régimen árabe tradicional y la desastrosa situación que padecen países como Siria, Libia o Yemen, lugares donde las movilizaciones populares alcanzaron un grado notable de desarrollo, no invita a calificar el fenómeno revolucionario árabe de exitoso. Sin embargo, este libro aspira a poner de manifiesto que el proceso, habida cuenta de la impronta coercitiva de los gobernantes árabes, era inevitable. Por lo mismo, lejos de acabar, continúa aportando un motivo para la esperanza de regeneración política y social de un espacio geográfico enclavado en la región más sensible y disputada del planeta.