Tanto el dinamismo como la complejidad del entorno en el que las entidades bancarias operan, dificultan su nivel de competencia empujándolas obligatoriamente a adaptarse a él. Ante ese cambiante entorno, los bancos se caracterizan por actuar con una constante flexibilidad innovadora a la vez que con una constante responsabilidad social, no sólo para sobrevivir, sino además, para lograr ser altamente competitivos. El cambio, sin embargo, comienza por una reestructuración interna que necesariamente implica modificaciones en su capital humano. El adiestramiento, el reciclaje o la formación para el público interno, como uno de los activos más importantes de la banca, son iniciativas que hay que transmitir de la forma adecuada; el reconocimiento, la motivación, la comunicación interna o la conciliación familia-trabajo suponen serios compromisos que también hay que difundir y cumplir. El valor intangible de la comunicación, como política estratégica, alcanza, hoy en día, un lugar privilegiado en la banca española si se la compara con otros sectores de actividad. La gestión del conocimiento y la gestión de la comunicación empiezan a ser piezas clave de los bancos en las relaciones que mantienen con sus empleados y es en este momento cuando entran en juego las Relaciones Públicas como función estratégica. El presente libro expone el proceso de comunicación que la banca mantiene con su público interno, tanto desde la óptica de la dirección, como de la de los empleados, así como el análisis exhaustivo de las herramientas de relaciones públicas utilizadas por la banca y de los contenidos que dirige a sus empleados.